
No le conmovía la luz del ocaso sentada frente al mar, quizás porque ya no era compartida como ayer junto a los ojos de su amado, cuando silenciosos enlazaban una misma emoción admirados ante el espectáculo gigantesco y único que la naturaleza versátil desplegaba segundo a segundo, hasta envolverlos en un anochecer precipitado.
Muy juntos, en la penumbra recortada, sus cuerpos confundidos con el paisaje de ensueño de la luz menguante, eran arena, rocas, barcas y luna saliente. Abrumados de belleza, vinculados, se buscaban, compartían el último cigarrillo y volvían a casa -caminito de plata que la luna señalaba-, creyendo, enamorados, que juntos visionarían muchos atardeceres.
Certificó que se había vaciado de sentimientos al volver por primera vez, al paisaje que contemplaron juntos la última vez.
Se quitó las gafas oscuras para apartar un humor salino suspendido entre las pestañas y el cristal y se deslumbró, ahora si, con la puesta sol.
Como un milagro venido del más allá, el crepúsulo recobró su esplendor.
Se desplomaba con lentitud el firmamento, y el mar, inmensa extensión de luz dorada en un atardecer repetido y renovado en su eterno vaivén, semejaba un cristalino recipiente de cava espumoso y ondulante.
Supo nada había cambiado, que la emoción permanecía intacta.
Sólo que en su torpeza de veraneante recién iniciada, no había calculado que nunca hay que contemplar una puesta de sol con gafas oscuras.
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20 comentarios:
Para vislumbrar la verdadera belleza no se pueden intermediar barreras, pero cuesta, eso es verdad.
Cuantas veces nos valemos de obstaculos para no alcanzar el infinito... Muy buen relato
Besos!
No, no es lo más aconsejable.
Tomo nota.
Besos.
Menos mal que suelen suceder cosas que hacen que vayamos aclarando los cristales de las gafas. A ver si conseguimos no llevarlas. Precioso. Abrazo fuerte.
Y la vida no es más que una larga(o no) puesta de sol.
besos
Llevamos puestas las gafas para tantas cosas... yo misma me descubro con ellas puestas de vez en cuando.
¡Que difícil es vivir el día a día como si no hubiera un mañana y sin filtros delante de los ojos que estropeen nuestra mirada!
Me ha gustado la reflexión que haces y el trasfondo; siempre escribes a dos lecturas y eso me encanta.
Un besazo
...cómo me siento identificada... ésas puestas de sol que durarían siempre como nuestro amor...y la primera vez que vuelves al mismo escenario que compartísteis, ése que tiene tánto de ti, y que, ahora,al volver, todo ha desaparecido...
y sí, las puestas de sol rojizas me hechizan...
¿De que nos escondemos tras esas gafas? Quizas no nos guste enseñar el color de nuestra alma.
un abrazo
Cuántas cosas se nos escapan por estar desprevenidos... tendré en mente, en los atardeceres, tener siempre descubiertos los ojos y el corazón. Besos querida.
La felicidad se descubre con el alma, y cuando éso sucede despiertan amaneceres.
Como siempre es un placer leerte.
Haces poesía que desborda en imágenes.
Un beso
¿Por qué me robas todos mis suspiros?
Pues si que es tremendo pensar que a veces el tema está en haber llevado puestas unas gafas oscuras
(yo las llevo a todos lados menos a la ducha y me soprendeo a veces al quitarmelas de lo bien que se ven algunas cosas sin ellas )
Un beso
"Después de comer alcachofas, el agua sabe azul"
Ramón Gómez de la Serna
Una puesta de sol frente al mar genera alucinaciones tan bellas como las tuyas. Hermoso texto, amiga. Abrazos.
Qué divertida reflexión...
Las puestas de sol... sin las gafas puestas.
.. las mías (mis gafas, digo) son así, pero un poco más pequeñas.. es que todo se ve diferente, según llevas el color del cristal, y si el atardecer baja su intensidad para que veas los colores reales, ¿que hacemos mal tiñendo la belleza natural?.. ay, alcachofita.. que torpes que somos a veces, que torpes.. :-)
.. besitos, sin gafas..
Tal vez ya era hora de que se quitase ese tinte oscuro que le impedîa ver la realidad y tras el que ocultaba sus emociones màs recônditas.
Un beso
Me ha encantado.
Y lo que te ha dicho tanhäuser.
besos.
Me alegro de que no haya perdido la emoción.
Besos.
Son escudo, protección. Con tanto protegernos nos perdemos muchas cosas. Otro suspiro de relectura. Besote, Gwynette!
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