martes, 26 de agosto de 2008

corredora de fondo...


Pasear por la plaza del Progreso la hacía sentir próspera, por la calle Alegría, alegre, al doblar por la Puerta del ángel se volvía más buena que el pan.
Era un juego mimético que le venía desde la infancia, era imitativa de pequeños fragmentos.
Pero ahora estaba cruzando la gran Avenida de la Melancolía, y eso la envolvía en un estado de gracia inquietante con el que se sentía cómoda.
La melancolía era una anfitriona conocida, venida de lejos, pero no sabía, o no podía, ponerle fecha al conocimiento.
Reconocía el entorno bullicioso, cruzó lentamente por delante del café Marítimo, sintiéndose pirata, observó el toldo brillante que lo cubría como un ocaso encendido, y bajó los ojos hacia la mesa vacía de un antiguo recuerdo:
"¿qué hay de lo mío?" -él, le hacía la pregunta delante de un café que se estaba enfriando con apariencia de sucio-, "de lo tuyo, queda el silencio que me dice que ya no estás, pero miente".
Decidió adentrarse por el primer callejón a mano derecha, calle Santa Ana, y entrando en estado de beatitud encontró la respuesta de la tarde:
cruzó las puertas abiertas de un Zara en ebullición y dejó atrás su necedad de corredora de calles con sentido,
deseando canonizarse en brazos de
aquel hermoso jersey rojo, de rebajas, que destacaba con los brazos abiertos, esperándola, en el escaparate.



Le salvaban las respuestas imprevistas, las ocurrencias dementes, las invenciones irracionales
García Márquez
.

11 comentarios:

La Gata Coqueta dijo...

En esas grandes superficies es donde yo mejor me lo paso haber que puedo cazar barato...

Y atras han quedado cualquier historia momentanea más o menos afurtunada, sin más!! salga con algo o no salga.

Recibe un beso de esta que te aprecia.

Nerim dijo...

Todos nos convertimos en corredores de fondo nada mas nacer. Unos son muy buenos y esquivan los contratiempos que se puedan encontrar en el camino. Otros son más lentos y sufren las consecuencias de su lentitud y el resto cruzan una y otra vez los mismos caminos tropezando siempre con las mismas piedras, es la unica manera de aprender.
Me ha encantado tu post, muy bueno.

Arcángel Mirón dijo...

Encima, finalizás con García Márquez. Qué banquete, Alcachofa!

¿Esto es una crónica de tus vacaciones, estilo El gran pez?

:)

Me encantó.

TORO SALVAJE dijo...

Voy a intentarlo con el Paseo de Gracia, a ver si tengo suerte.

Besos.

dijo...

QUE GENIO MARQUEZ, SUS DESCRIPCIONES CAUSAN IMÁGENES INCREÍBLES.
QUE HERMOSO POST.
UN ABRAZO

38 grados dijo...

Pues una amiga mía vive en la Calle Amargor....no vayas por favor, no vayas!!!

Muass

fgiucich dijo...

Esas calles de asfalto que se confunden, de pronto, con las avenidas del alma. Hermoso texto. Abrazos.

Anónimo dijo...

Me encanta beber del sinsentido....desandar lo hablado, desoir lo visto ... crear sensaciones de pequeñas frases colgadas de las paredes de las calles...me gusta tu post y te seguiré leyendo. :-)

Maria dijo...

Desde luego no pases por la calle de la amargura, quedate por el paseo de gracia y a disfrutar del paisaje

besotes gwy!!

Sombras en el corazón dijo...

Siempre me han encantado las imágenes con un camino del que no se vislumbra el final. Mantener la curiosidad de lo que se esconde tras el próximo recodo.
Desgraciadamente cada vez más carreras terminan en el Zara o similares...
Agradable el paseo en tu compañía!
Un abrazo

mgab. dijo...

qué bueno este post, Gwyn! me encanta el final, y ese jersey rojo parece que también me abre los brazos a mi! (siempre he reivindicado en esta época la apetencia de las lanas).

curioso: mi post de hoy se llama "corredor de fondo", y no se parece nada nada al tuyo. feliz coincidencia...