lunes, 5 de abril de 2010

amenaza tormenta...






















Los relámpagos anunciaban lluvia cuando se despedian en el descansillo.

Mantenían la puerta semicerrada a sus espaldas para impedir que el gato manx, un gato sin cola entusiasta de los espacios abiertos, se escabulliera entre sus piernas.
Otro relámpago, un resplandor vivo e instantáneo les iluminó el pasillo oscuro. Ella contó mentalmente: uno, dos, tres... el trueno retumbó sobre la última palabra de él. Adiós. Ella cocluyó: la tormenta está a tres kilómetros...
Un largo abrazo, dos sonrisas.
La de él, amplia, parecía satisfecho. La de ella, sólo esbozada en una cara desmaquillada y serena. Un lector de gestos avispado habría interpretado que aquella media sonrisa era la traducción de una presentimiento: no volverían a verse.
Cuando cerró la puerta, se quedó inmovil escuchando el sonido de sus pasos alejándose, suaves, elegantes, amortiguados por la larga alfombra del pasillo.
Finalmente el silencio.

Los sentimientos de él cabían en la palma de una mano.
Los de ella eran intensos, penetrantes, complejos, abarcadores: jaspe rojo
Encontrarse tan poco y tanto, fue como el choque de dos cuerpos en un callejón angosto, oscuro y sin salida, con una única dirección y dos posibilidades: estamparse contra el muro, o volver sobre sus pasos.
Se arriesgaron. Los dos. Se mezclaron, se fundieron, traspasaron juntos, volvieron sobre sus pasos abrazados, ocuparon el mínimo espacio, llenaron su tiempo y su universo de caricias y palabras sin reproches.

Empezaba a caer una lluvia suave sobre la cristalera de la terraza.
Salió a la ventana y lo vió a punto cruzar la calle, él se volvió a mirarla, la sonrisa aún estampada en su cara, con la mano le hizo un último gesto de despedida.

Y ella, liberó, como la lluvia que escampa, una voz impensable: "abre bien el paraguas, que desde mi ventana te lanzaré las palabras que menos te duelan "

.

23 comentarios:

Madame Vaudeville (Chus Álvarez) dijo...

Con mi tristeza bebiendo lluvia... la amarga despedida del feliz amante.
Gracias por volver, alcachofilla. Abrazos fuertes.

el nombre... dijo...

Las palabras que menos te duelan...
Me mataste con ese final, Alca!
Las palabras, pueden ser un salvavidas o un puñal... ¿cómo saber?¿cómo calcular-las?
Besote

Beatriz dijo...

Querida Gwinette,
Precioso y doloroso Adiós que transita por ese estrecho camino en donde se rozan los momentos para algunos eternos e inolvidables y para otros sólo la despedida de un instante. Silencios que se escuchan y palabras que se ahogan.
Me emociona leerte-

Tempus fugit dijo...

La lluvia suele acompañar las despedidas..¿Se llevará algo más el agua?


besos

Boladevidre dijo...

Benvinguda després de 8 mesos! com un part.
Curiós que la Benvinguda sigui un comiat.
M'ha agradat. Ben descrit. Queda clar que els comiats acaben sent tristos, solitaris i finals.
Si Chandler aixequés el cap probablement brindaria pel teu retorn.

Gwynette dijo...

No sé com t´ho mires això boladevidre...fa dos mesos vaig fer una entradeta :)

Verónica Calvo dijo...

Las palabras que menos te duelan... ahí es nada, Gwynette, ahí está la historia.
Me alegra de volver a leerte (te esperé como agua de mayo, que dice el refrán)

Besito.

virgi dijo...

Yo también te esperaba.
Y me ha encantado. Imaginaba todo: la puerta, el gato, la despedida, los pasos, la lluvia, el trueno, la certeza del adiós...

¡Menos mal que has vuelto!
Un abrazo, con sol, tesoro

eMiLiA dijo...

Uuhh, cuánto hace que no vengo por acá.

Imperdonable, pero por lo visto acá todo sigue tan precioso como siempre.

Un abrazo

JuanMa dijo...

Las de sentimientos suelen ser las tormentas más fuertes...

(Y es que, como a algunos gatos, a los sentimientos les gusta escaparse de su encierro).

Un beso (intenso).

Unknown dijo...

Agua que no has de beber dejala llover!!!

GENEROSO REGRESO EL TUYO! Gracias por el agua.

Espérame en Siberia dijo...

¡Qué gusto volver a leerte!

TORO SALVAJE dijo...

Toda la vida así eh?
Cuando no sufrimos por una cosa es por otra.
Que difícil es.

Besos.

Boladevidre dijo...

Y el jarrón azul?
quizás te interese este bloc, descubierto hace poco....

De cómo resbalarse en la bañera y matarsde con gracia.... fino, fino, también.

http://decomoresbalarseenlabanieraymatarse.blogspot.com/?spref=fb

ahhh dijo...

Antes y después de la tormenta, siempre se encuentra la calma, y esa misma tormenta nos ayuda a apreciarla mejor. Todo adiós es doloroso, todo fin trae consigo la tristeza, pero no puede ocultar que de inmediato le sigue un nuevo comienzo, ¿de qué? Pues solo siguiendo adelante los sabremos....

(me alegra mucho que hayas vuelto, carxofeta, un beset molt gran ;-)

Maybe dijo...

Excelente frase final, para el relato.
Saludos.

Insumisa dijo...

Hay despedidas dolorosas, pero necesarias. Si no, después de un tiempo se caen los lentes de ver las cosas bellas y se colocan los de ver las realidades crudas.

Besos

Sombras en el corazón dijo...

Es lo malo de la mayoría de las relaciones, uno da mucho y el otro nada, y cada uno mantiene la n falsa esperanza de que el otro cambie de opinión y vea las cosas como él.
Lo de "abre el paraguas" ¿no iría con segundas?, mira que lo puede alcanzar un rayo...

Y por cierto: ¡Qué alegría volver a tener noticias tuyas!
Un abrazo, guapísima

fgiucich dijo...

Un adios humedecido por esas palabras que caen como granizo de verano. Abrazos.

Ines dijo...

Entonces es ella la que ha tomado la decisión ..
Que alegria verte .
Un besazo

Pablo Ballesteros dijo...

que triste y que bien escrito

LlunA dijo...

Me encantan las historias intensas!!
Petonets
:)

Fernando Gili dijo...

Me gusta la lluvia. Incluso cuando no tengo paraguas. Sobretodo cuando no tengo paraguas!
Siempre suyo
Un completo gilipollas