Recuerdos de tus campos literarios invadiendo mis sentidos, y mis ojos como platos pendiente de tus palabras, escuchando tu voz sincera abriendose paso entre tu barba entrecana para contarme histórias de sol, turbulencias sensuales y vida verdadera. Puedo recordar que tu humanidad me invadía y me siento infelíz recordándote más vivo que yo después de tu muerte. Solo un día a tu lado para aprender a nacer de nuevo. Y a quien dar cuenta sino a mí misma que tu recuerdo de ansia aventurera, tu vida exuberante, ensombrecen mi monótona vida...
Amigo de todos, corredor de caminos polvorientos y olvidados, conocedor del nombre de los árboles, con tus noches bajo las estrellas de una América profunda, y libre como un pájaro libre, con las notas en la mochila esperando que nazca el sol para emprender tu inacabable camino con destino a ningún sitio.
Este es el recuerdo improvisado de un amigo que un día conocí y me maravilló, y que hoy, inesperadamente, ha aparecido en mi sueño.
5 comentarios:
Ya me gustaría que algún día alguien me recordara a mí con ese cariño.
Un beso.
precioso el recuerdo del amigo
por cierto, chulísima la foto, ¿te has dado cuenta (seguro que sí)de que camina la caravana hacia la nube?
besos
La foto es increíble.Me encanta este blog lo voy a enlazar!!!
Un amigo que viaja... viaja libre... es vida... es viento...
Demasiado espectacular el escrito, hoy particularmente me tocas la fibra
Gracias!!!
Un beso directo a tu corazón de alcachofa
Un recuerdo imborrable. Abrazos.
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