lunes, 6 de noviembre de 2006

ráfagas...


La semana pasada me ocurrió una cosa muy curiosa y divertida.


La camilla Cho Yang
Iba en dirección a mi casa al mediodía, acera con tibio solecito y andando con calma, embobada mirando los edificios rehabilitados de los que al sacar la bastida salen autenticas obras de arte modernista, me detengo delante de uno con bellas flores de color rosa, cenefas granate y las puertas de los balcones de un tono verde pálido,..como era antes? gris y oscuro, seguro. Al bajar mi mirada a planta, me encuentro con un local acristalado de bastantes metros (nunca se calcular el espacio) y con una visión bastante insólita :un montón de camillas alineadas 40? 50?.. ocupada por seres humanos tendidos cubiertos hasta la barbilla, unos con sábanas verdes y otros con sábanas caseras de flores, rayas, topos..esto que és ? parecería la morgue si no fuera por algún pequeño movimiento de los usuarios.
No sé la cara que debía poner allí plantada delante de la puerta, porque se me acerco una sonriente mujer asiática de dulce voz y gestos menudos (después supe que era coreana) que me brindó a entrar para que me uniera a una de las pocas máquinas que quedaban libres..."nooo, no, no muchas grácias, solo miraba..esto es nuevo, no"?. No me pregunteis como, porque no lo sé - yo, que tengo una sensación del ridiculo tremenda-, acabe tendida y masificada entre una viejecita jubilada años ha, y otra con pinta de puky por lo que me pareció adivinar- por lo único que sobresalía, que era su pelo rosado-. Fué entonces cuando entendí la diferencia de sábanas, las verdes eran de los novatos y los que acudían regularmente se las llevaban de casa.
Allí tendida, con una máquina que estaba destrozando literalmente mi columna, y yo, con un ojo puesto en el escaparate que daba a la calle -dios mio, que nadie me reconozca!-..tuve la sensación de estar en China o en Japón, pero no, estaba a tres manzanas de mi casa.
Finalmente, debo reconocerlo, no estuvo mal del todo, para casi tres cuartos de hora de un traqueteo horroroso..pero a la salida me sentía flotando..me dejaron tan hipnotizada que hasta llegué a recomendarlo a mis vecin@s. La despedida fué: "hasta mañana señorita, y traigase sábanas, toalla y calcetines de casa".
No me puedo ni imaginar que me hizo entrar a las 2 del mediodia en un local donde después de una introducción de un vídeo los "pacientes" gritaban: Somos los mejoreees !!" y a continuación fueron tod@s religiosamente a encamarse con sus sábanas tamaño 1.90 x 0.80.
Cada día al pasar por delante me voy por la acera de la sombra y con paso ligerito ..no sea que Miau -como se llamaba la coreana- me vea y me arrastre inevitablemente al interior.


Diariamente todo el mundo vive bombardeado por minas de estrés que acaban provocando el deterioro de la salud. La camilla Cho Yang es un mecanismo ideal para descargarlo, y por lo tanto solucionar los problemas de salud antes de que se manifiesten.

Traiga 2 sábanas y una toalla
Venga a probarlo, de lunes a viernes, de 9:00 de la mañana a 7:00 de la tarde, y sábado, de 9:00 de la mañana a 1:00, en turnos de 40 minutos.



3 comentarios:

Índigo dijo...

Increíble ¿terminará siendo moda?Saludos

Des dijo...

Quiero una camilla CHO YANG!!!

ES URGENTE!!!

krikri dijo...

en serio??? vaya.... yo nunca he visto uno de esos...q valor meterte ahi dentro!en fin,una nueva experiencia.