domingo, 7 de diciembre de 2008

com un déu no fet, com un àngel caigut / Raimon


Mientras desayunaba un apagado sandwich en el bar del aeropuerto, suspiró resignada al tragar el pan de molde untado con algún mejunje con ínfulas de modernidad y que sus papilas gustativas no conseguían identificar.

Oyó un ruido suave, un click, como la pisada de una bota sobre el césped helado.

Miró alrededor, a los personajes que rodeaban su mesa. Casi todos eran hombres. Ejecutivos aún medio soñolientos, bien afeitados, con olor a perfume caro, que no parecían percibir el sonido que la había alertado. Distendidos, tomaban café cargado y bocadillos incomibles. Parloteaban distraidamente con la prensa desplegada, pasaban la vista por los titulares y comentaban las noticias leídas en diagonal.
Los ruidos circundantes eran conocidos: móviles que empezaban la jornada, maletines que se abrían o maletas de viaje con ruedas.

Click.
Volvió el cuerpo hacia la barra. Tenía un problema la cafetera?.
Click, click.
Miró con ojos de lince la máquina abrillantadora de un suelo más que abrillantado. Desprendía ruidos varios, pero no el click que buscaba.
Click, click, click.
El camarero repartiendo cucharillas sobre los platos?. Ningún indicio de reparto por aquel sector.
Click, click, click, click.
Parecía que se acercaba.
Son monedas, se trata de la recogida de propinas. Mirada circular. Nada, ni asomo de propinas sobre las mesas, de momento.
Cliiiick.
Concentrada, oído atento, hizo un trago de agua directamente del botellín para desplazar el emparedado que como un chicle, tenía atascado entre pecho y espalda.

Al levantar los ojos, allí lo vio.
Descendiendo de la cima de la cúpula, como un Miguel Ángel instalado en la Capilla Sixtina, como un astronauta salido de la nave espacial revoloteando por el espacio, como un ángel caído acercándose peligrosamente a los mortales, como una aparición mariana, como San Pedro caminando sobre las aguas...allí estaba el limpiador de cristales en posición de riesgo laboral, iniciando su turno de las ocho de la mañana. La estrenada luz del día chocaba sobre su espalda formando un contralúz mágico sobre un fondo de cristales brumosos.

Su minuto de gloria quedó asegurado en la retina de la viajera.



"Red River Shore" Dylan

28 comentarios:

Anca Balaj dijo...

Jajajaja, no me lo esperaba para nada! Este hombre pertenece a la categoría de las nopersonas (aquellos que están a nuestro alrededor haciendo su trabajo pero no tienen relevancia para nosotros) de ahí que los ejecutivos no le vieran ni oyeran.

Un beso

Nootka dijo...

qué bonita imagen la del astronauta, pendido en la bruma de los cristales. Me lo imagino pefectamente. Y el sandwich atragantado también me lo imagino. ;P
En realidad yo creo que son más no-personas los ejecutivos, esos a mi me pasan completamente desapercibidos, sin embargo, los que trabajan colgados de una cuerda me parecen bastante llamativos. A lo mejor habría que hablar más que de no-personas de no-trabajos, trabajos en los que la personalidad individual no cuenta para nada y por ello la persona que los realiza parace que no es importante. Parece.

TORO SALVAJE dijo...

Tuvo su minuto de gloria, y a mí me ha nacido una sonrisa. Muy bien escrito. Me ha gustado mucho.

Aquest diumenge fot pena, vinc de la platja i estava tota grisa. Semblava una platja-tanatori.

Petons.

jarta dijo...

Quina visió...aquesta no és apocalíptica!
Un petó de diumenge mandrós, casolà, de no-pont, que hi ha massa gent pel carrer...

Sibyla dijo...

Son como super-manes o como hombres arañas, elevándose por encima de los mortales, y haciendo unas piruetas increbles, todo por dejar la estructura glass brillando...

Precioso Gwynette!

Feliz puente y un abrazo:)

Julia dijo...

Esta viajera es de las mías!: atenta a cualquier detalle auditivo y hasta que no encuentra la respuesta... :D
Besosss.

fgiucich dijo...

Deslizando la silleta por el cristal de la gloria. Muy bueno, amiga. Abrazos.

semifusa dijo...

Qué bueno, Alcachofilla...
Las comparaciones del último párrafo me parecen geniales.
¿Quién ha dicho que lo cotidiano no puede ser mágico?
Que se lo pregunten a tu viajera. ;)

Un besote, Alcachofilla.

Tempus fugit dijo...

¡Biennnnnn! Me encanta que me sorprendan con tanto ingenio. Muy bueno.


besos

eMiLiA dijo...

Me gustan esos cuentos donde no es posible resover el misterio hasta el final...

Yo pensé que era una mosca... :P


Un besoo y gracias por la visita!

:)

Dara dijo...

Y nunca, jamás, salió de allí. Enjaulado en una mirada anestesiada por el bocadillo postmodernidad, el astronauta vestido de faena esperó a que algún día le dejara volver al espacio.


Miau

sb dijo...

toda una vida sólo para tener ese pequeño momento.. aunque sea en los ojos de una extraña..

Fernando García-Lima dijo...

Odio los bares de aeropuerto. Por eso no me hago ejecutivo...

Besos

Índigo dijo...

Buen ojo, mejor oído y estupendo cuento.
Besitos

Anónimo dijo...

Jajajaja...me encantó! Supongo que es la Navidad, pero vemos ángeles per tot arreu!

thoti dijo...

.. preciosa foto, texto y música.. ayyy.. con la música de mi músico preferido, me has rematado..
.. besos a tus hojas de alcachofa..

Eva dijo...

No me esperaba el desenlace del texto. Caramba con el hombre araña.
Me gusta muchísmo la música de Dylan :)

Eva dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
LlunA dijo...

Me encanto!! jejej no me esperaba el final que más bien tenia en la mente la llegada de una especie de vaquero perdido en el aeropuerto con espuelas incluidas...jijiji la mente viaja sin parar!
Petonets

alfonso dijo...

Te digo...

¿Y sonó el último click? ¿El de tu máquina fotográfica?
Sería el final perfecto.

Besos
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Tesa Medina dijo...

Seguro que a mí no se me escapa. Porque tampoco puedo tragar el pan de molde y me aburren los ejecutivos repeinados y olorosos.

Me encanta la foto y el relato. La mayoría de esos ángeles son escaladores. Si supiera escalar y los arneses aguantaran a un menopausica fondona, no me importaría tener un trabajo al aire libre y con tan buenas vistas.

Claro que tendría que ampliar el "tele" de mi cámara.

La luz de la foto, preciosa. Besos, alcachofa.

Sombras en el corazón dijo...

Ah, genial y certera.
Los milagros son más normales de lo que una podría pensar.
(Incomible, intragable y exageradamente cara, por norma general, la comida del aeropuerto)

Un beso para mi alcachofa preferida.

Tanhäuser dijo...

Carxofeta! que m'ha encantat.
Què ben descrita l'activitat de l'aeroport a aquelles hores del matí i, com no, quina imatge tan meravellosa de l'"astronauta" neteja-vidres.
Ets tot talent.
Petons admirats.

Tumulario dijo...

Genial,
sencillamente genial,
Me has tenido pegado a la pantalla esperando encontrarme, todavía no se el que, y de pronto me sorprnedes con un, coma ha dicho alguien arriba, ejemplar de no persona.
Sencillamente genial.

Inuit dijo...

Un texto muy bien narrado, creativo,ingenioso y con un final que uno no se espera.Me gustó sí.
Inuits

Maybe dijo...

Genial!! Como he disfrutado tú historia.
Saludos.

JuanMa dijo...

Hay que tener unos ojos especiales para ver esa Magia cotidiana...
Un beso.

hombrepez dijo...

Qué ingenio tienes...y qué bien escribes

"La estrenada luz del día chocaba sobre su espalda formando un contralúz mágico sobre un fondo de cristales brumosos". Toma ya.

Besos.