lunes, 22 de enero de 2007

la cena de los talibanes...













La cena de los talibanes


La comida es excelente y aún mejor el vino, que empieza a hacer su efecto a la botella número ¿?.. y personas consideradas cualificadas a nivel intelectual van desatando sus lenguas. Toda la atención se centra en una compañera ausente y su sombra se va agrandando. Empiezan con una crítica tibia que acaba siendo feroz. Me siento incómoda porque es una persona que me cae bien. Los más tremendos los hombres. Dos. Uno de ellos va a publicar un libro que no os recomiendo. A la defensa que hago de las cualidades de la ausentada: rápidez y eficacia, me responden con fina ironía y verbo afilado. Hay un grupo silencioso y otro crítico, y yo, enmedio.. más sola que la una.
"No pienso levantarme de la mesa para ir al lavabo", les digo -risitas- .
Tardan unas cuantas botellas más para llegar a la que creo, es la verdadera razón de la antipatía que despierta: és lesbiana y ejerce plenamente. El escritor acaba pronunciando la frase clave que me deja atónita y que resume su fóbia: "los homosexuales son todos unos enfermos, pero las lesbianas, encima, tienen un añadido..su comportamiento poco femenino"...el tenedor clavado en el carpaccio de salmón y yo nos quedamos perplejos..."no lo dirás en serio, verdad ?"..pero si! -y me hace una larga reflexión digna de un descerebrado concursante de Gran Hermano- .."como es posible que seas tan sexista y homófobo precisamente tú, que estás casado con una mujer negra y deberías respetar las diferencias más que nadie de los que están en esta mesa ?".. muchas divagaciones sobre su vida con la cubana pero con un resultado final: "los negros tienen el cerebro más lento que nosostros".

Más verborrea, más botellas de vino, dulces postres y: "hemos estado bien, eh? tenemos que repetirlo".

Hoy me he levantado con resaca y mal. Mi mirada ha cambiado 180 grados respecto a dos personas pero mi corazón está inquieto por si no he defendido suficientemente bien, a mi compañera.. la que elegió otra opción.


7 comentarios:

Anónimo dijo...

las palabras son un poco putas, deambulan de boca en boca, de hígado a corazón... Carlos Desastre

saludos

ahhh dijo...

Es lo que tiene el alcohol, que si bien es muy peligroso al volante, es perfecto para quitar caretas y ver el lado "desconocido" de muchas personas. Tú hiciste lo que debías, decir lo que pensabas, y así, quizá, poner en evidencia a ese tipejo frente a los otros compañeros.

Bravo, carxofeta!

Anónimo dijo...

Al menos lo hiciste, que es mucho más de lo que hicieron los demas.

No te preocupes "a cada cerdo le llega su San Martín"

Besos, desquiciados hoy

RAIKO dijo...

Gwynette, de tarados está el mundo lleno, querida, y, por la parte que me toca, gracias, sinceramente. No hay nada más estúpido que meterse con alguien por su orientación sexual, su raza, su sexo, su color, su religión... y mil cosas más que o bien son una elección tan respetable como cualquier otra, o bien son rasgos propìos de cada uno en los que ni siquiera ha decidido, que le han venido. Pero esto no descalifica a quien es receptor de tales insultos, sino a quien los profiere.
Esto de la homosexualidad no tiene tanto de elección como parece... es como el color de pelo o de ojos, se nace así. No entro en debates más profundos, sólo pienso que si alguien pudiera elegir entre ser un "normal" y un marginado social, elegiría lo primero. Y lo digo desde mi más plena aceptación y desde la convicción más profunda. Un abrazo.

Gwynette dijo...

No he contado ni una milésima parte de lo que fué -para mi- una cena inquietante, que no se desarrolló en términos de igualdad: por chismorrear obscenamente de una persona ausente y otra por mi dificultad al enfrentarme durante dos largas horas a dos tipos que todos sus comentarios eran sexistas y acompañados de jijí-jajá.. pero vaya, que de todo se aprende!..ellos,que se vayan a cenar con sus mujeres que "tragan" con sus imbecilidades y yo, con mis amigos, que afortunadamente son
unas personas estupendas

el Shysh dijo...

Una verdadera lástima que el tenedor estuviera ocupado con el salmón. podría haber ido directo a su yugular.
menudo ejempler para compartir cena o vida. Pobre su mujer.
1 Abrazo

Le Mosquito dijo...

Lo bueno de descubrir caretas, es que uno sabe con quien se juega los cuartos, y se evitan sorpresas futuras. Hay que decir NO, cuando merezca la pena hacerlo. Cuando no merezca la pena, mejor no acudir a otra cena, no sea que los venenos nos contaminen los GUSTOS
Opciones personales. Respeto sin límites.