sábado, 21 de octubre de 2006

Shakespeare










Cuando pienso que todo cuanto crece dura en su perfección un breve instante, como de la mañana el sol radiante que, al avanzar la tarde, se oscurece

cuando miro que todo se envejece como flor mañanera y rozagante
que pronto se deshoja, agonizante, y al morir el crepúsculo perece

se aflige mi alma y por tu suerte llora; mas todo cuanto pierdes en frescura, con sus matices el ensueño dora

y a medida que el tiempo tu hermosura con implacable saña decolora, con desquite, mi amor te transfigura.



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