domingo, 8 de octubre de 2006

ráfagas ..

Es gratificante sentir que tengo buenos recuerdos mi "disco duro", aunque no sean un registro literal de la realidad.










Esta mañana después de desayunar he decidido que faltaban flores en mi casa,me he puesto el jersey (ya empieza a refrescar) y me he bajado a la floristería cercana a comprar un colorido ramo de flores variadas, a mi me gustan de estilo silvestre, sencillas y aromaticas...que le vamos a hecer ! La puerta de la tienda, en la céntrica calle, es muy imaginativa por la distribución de las plantas que colocadas a distintos niveles producen un efecto de color apabullante, pero para acceder al interior hay que atravesar un pasillo bastante largo y angosto que me produce un poco de asfixia y en el que inevitablemente rozas con el hombro alguna rama rebelde.El olor. Los olores. La mezcla de olores, dulce, embriagadora y mareante. De repente como un Proust cualquiera con su magadalena, me vino un aroma del Ampurdán, un flash que decidí guardarme para la salida, pues ya estaba llegando al mostrador delante de la sonrisa impecable de la solícita florista.

A la salida, en una calle abarrotada, ausente de pasos y miradas recompuse el recuerdo escondido

Me ví de niña, cuando nos ibamos tres meses al campo y al volver a la ciudad ya me había convertido en una auténtica salvaje a la habia que reeducar

Mi sueño fustrado fué tener una cabaña encima de un arbol, para aislarme de los mayores, pero no pudo ser ..si alguien vió la pelicula "Tomates verdes fritos" sabrá de que le hablo.

.. me sabía el nombre de todas las arañas, mi perferida era la araña de cruz

...soy (fuí ) una reina trepando árboles ! ..en cuanto a las arañas ahora no puedo ni verlas ! pero antes no me daban ni asco ni miedo, solo veía la mágia de su trabajo en la telaraña que con el rocío por la mañana y con el contraluz al atardecer parecía un auténtico milagro . my God!.Muy temprano, por la mañana, recogía hierba para que comieran los conejos, la segunda acción era subirse a la morera para coger hojas para mis rollizos gusanos de seda (que estaban tan ricamente instalados en sus cajitas de agujeros) y a media mañana, por puro placer.. por ensuciarme, coger los renacuajos de agua: cabeza gorda! cabeza gorda! chapoteando en las balsas verdosas (con mis zapatillas preferidas, de plástico, de color carne) .. después a comer, esperar la llegada de mis primos que se me hacía eterna para marcharnos con las bicis lejos de los mayores y tendernos en medio de cualquier campo a hacer nuestra particular siesta que consistía en mirar las formas de las nubes o contemplar excitados después de una negra (y rápida) tormenta ver salir el arco iris con todo su esplendor, la maravilla de la naturaleza fascinandonos una y otra vez, volver a casa al atardecer para coger los cestitos de mimbre y las botas de agua y : chip chap, chip chap, irnos a buscar caracoles , después ya a cenar para oir reprimendas varias, y en la negra noche, los cinco muy juntos y bien arropados en el porche (ay, esa tramuntana del Ampurdán) contar las estrellas y ponerles nombres no catalogados.

Ya te digo !.Aquello sí que era la felicidad y lo demás son tonterías.




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