martes, 5 de diciembre de 2006

ráfagas..











Al atravesar la calle que
me lleva directamente
a la estación y mientras
espero el cambio de luz
del semáforo
contemplo la perfecta belleza
del contralúz dorado de la calle
a las cuatro de la tarde de un claro día
de Diciembre.
Los transeúntes son tan solo
sombras sin rostro ni identidad
con todo el resplandor amarillento
perfilando sus cuerpos.

1 comentario:

ahhh dijo...

Veo que sabes muy bien como buscar la belleza y donde encontrarla. Si uno se lo propone, no es tan difícil, ¿verdad?

un beso muy grande